Camping San Jorge

Huesca queda a alrededor de una hora conduciendo del Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara y es conocida por ser un portal de acceso a los Pirineos, así que no estarás lejos de estaciones de esquí y paisajes espectaculares. Pero antes de adentrarte en las montañas visita los puntos de referencia que alberga la ciudad. Primero, un viaje a Huesca no estaría completo sin echar un vistazo a la tienda de alimentación más antigua de España, La Confianza. A unos 15 minutos caminando del camping, esta pequeña tienda fue abierta en 1871 y desde entonces ha mantenido su interior espléndido: asegúrate de dirigir tu mirada al techo para admirar los frescos, y no te vayas sin ver la bodega, que suele sorprender a los visitantes. Esta no es una tienda en el sentido tradicional, ya que todos los productos están en estanterías detrás del mostrador esperando a que el propietario te los pase cuando los hayas comprado. También en Huesca encontrarás un museo ecléctico con exhibiciones de todo tipo de artefactos, desde restos neolíticos hasta pinturas góticas, paneles y litografías de Goya. Asimismo, hay un observatorio, el Space 0.42, en la ciudad: se trata de un centro de exhibiciones gratuito, planetarium y simulador 4D con cuatro telescopios poderosos. Entre las numerosas atracciones emplazadas en las afueras de Huesca y fácilmente accesibles conduciendo o en autobús encontrarás el castillo de Loarre (una de las fortalezas más antiguas de España), el pueblo de Piracés y su escarpe, y las rocas verticales del Reino de los Mallos. Otro destino inmensamente popular en las afueras de la ciudad es la comarca de la Hoya de Huesca, particularmente por el embalse de La Sotonera y la Alberca de Alboré. Emplazado a los pies de los Pirineos, el embalse cuenta con una ubicación estratégica que las aves usan como parada en su migración durante los meses de invierno, y se ven miles de patos y otras aves anátidas cuando descansan allí en su viaje hacia el sur. Cuando acaba el invierno el lugar recobra su vida: podrás ver miles de grullas que usan a La Sotonera como parada en su viaje en dirección a los Pirineos y hasta sus destinos al norte de Europa.