Campo Base Suesca

En los alrededores del sitio podrías fácilmente cada día explorar una pendiente o un sendero distinto y hacer paradas para nadar en el río, hacer pícnics junto a la cascada o montar en bicicleta por un espléndido paisaje con granjas lecheras y plantaciones de flores. Si te adentras en el camino, un poco más lejos quedan los lagos de Suesca y Guatavita, a 40 minutos y a una hora conduciendo respectivamente, que son sagrados para los pueblos Muiscas. Cuenta la leyenda que los conquistadores españoles vieron un ritual muisca en los lagos: el jefe de la tribu flotaba en una balsa de oro mientras arrojaba objetos de oro a las aguas. Hoy en día, la gente visita estas reservas protegidas por su gran cantidad de vida silvestre que incluye guacamayos, osos y águilas. Si quieres saber a dónde quedó todo ese oro, haz una excursión al Museo del Oro en Bogotá (a una hora y diez minutos), en donde se exhiben los relucientes tesoros creados por los pueblos indígenas. La ciudad también alberga una gran variedad de parques temáticos familiares con atractivos y actividades, pero si deseas una experiencia urbana más tranquila, no hay nada mejor que una caminata por el colorido casco antiguo de La Candelaria o un paseo por los mercados de los domingos en Usaquén. A mitad camino entre Campo Base Suesca y la gran ciudad, puedes ver los espectáculos de Parc Jaime Duque (a media hora), una combinación ecléctica de un zoológico, increíbles entretenimientos, un museo antropológico y réplicas en miniatura de edificios famosos. Como si no fuera poco, también puedes hacer un viaje a Zipaquirá (a una hora) para ver las minas que ocultan una enorme catedral tallada en sal.