La joyita de Guernsey se extiende solamente por un total de 25 millas cuadradas, por lo que, dondequiera que te plazca ir, no te será muy complicado llegar. Desde el camping a la costa norte puedes llegar andando a varias atracciones o subirte al autobús que da la vuelta a la isla desde una parada cercana. La historia del siglo XX de la isla está entrelazada con la de la Segunda Guerra Mundial, así que hay varios lugares que visitar que conmemoran y celebran el papel que los residentes desempeñaron en el conflicto. A veinte minutos conduciendo del camping se encuentra el museo de la ocupación alemana (“German Occupation Museum”), que contiene numerosas muestras, entre las que se incluyen armas y uniformes, así como una reconstrucción de tiendas tal como eran entonces. Muy cerca se encuentra el hospital subterráneo alemán, donde puedes sentir lo que era trabajar o que te trataran en este extraño entorno. También quedan un montón de fortificaciones alemanas alrededor de la costa de la isla; el búnker de pistolas restaurado en Fort Hommet es el más cercano al camping y puede llegarse a él tras andar en torno a una hora. Una de las visitas obligadas de la isla es The Little Chapel, construida a principios del siglo XX por un cura francés exiliado y considerada la iglesia consagrada más pequeña del mundo (solo caben unas ocho personas). Toda superficie tanto en el interior como en el exterior está totalmente cubierta por un mosaico de porcelana, piedras y conchas. Acércate para apreciar los detalles y luego échate atrás para poder contemplarla en su totalidad. Al final del día, haz como los lugareños y prepárate un pícnic o una barbacoa y camina 10 minutos hasta la playa de Port Grat para cenar mientras disfrutas de la puesta de sol sobre la arena blanca.